Semana Santa, fe y tradiciones quiteñas

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Este año Ecuador celebra 36 años de la declaratoria de Quito como Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad. Es en la época de Semana Santa cuando la expresión del patrimonio material e inmaterial de esta milenaria ciudad se expresa con particular intensidad demostrando así que esta designación no sólo tuvo razón por la conservación del patrimonio edificado sino por la identidad de esta ciudad expresada en nuestra riqueza cultural y su difusión.

La Semana Santa Quiteña es reconocida a nivel internacional pues los templos y el arte que atesoran son la expresión del sincretismo cultural y religioso de dos realidades: la española y la indígena. Y son precisamente estos tesoros patrimoniales, los escenarios de los días de la Semana Mayor que congregan rituales y expresiones de la pasión del pueblo quiteño, de su fe.

Una nutrida agenda cultural llenará de música y religiosidad popular a todas las Administraciones Zonales del Distrito Metropolitano. En particular, el Centro Histórico se convierte en un museo vivo con personajes y que asumen su rol de penitentes y adoradores, tal como ya lo hacían en el siglo XVI… En los alrededores de la ciudad, en las parroquias rurales como La Merced, Puéllaro, Perucho y Alangasí la ritualidad cobra un sentido único con los cucuruchos, las almas santas, los diablos y las andas con imágenes talladas por los hábiles artistas de la Escuela Quiteña hace cientos de años.

Otras sensaciones alejadas de la solemnidad se despiertan con la gastronomía propia de estas fechas: fanescas, molo, arroz con leche o higos con queso son parte de la abundante mesa que no tiene nada que ver con el tiempo de recogimiento. Disfruta de la Semana Santa en Quito, ciudad que toca el cielo.

Para la comunidad católica de Quito, la Semana Santa es una de las mayores épocas de conmemoración religiosa en la que se sintetiza la esencia del cristianismo. Para los visitantes que llegan a la ciudad es la oportunidad de ser testigos de la dimensión de la fe popular, al tiempo que pueden apreciar la solemnidad de las liturgias católicas como el arrastre de caudas y la procesión del Jesús del Gran Poder, estas puede ser admiradas como expresión de la cultura y la religiosidad de un pueblo mestizo. En la Semana Mayor también se puede disfrutar de la gastronomía mestiza con exquisitos platillos como la fanesca, un potaje único que combina los sabores andinos y del mar, por su exuberancia y contundencia hasta nos hace olvidar que en Semana Santa se vive un tiempo de recogimiento. En la Semana Santa, que se conmemorará del 1 al 8 de abril del 2012, se realizarán las siguientes actividades de carácter religioso y artístico-cultural para creyentes, quiteños y visitantes. El Origen Como se conoce, el crecimiento del protestantismo a partir del siglo XVI y la ruptura de Roma con Alemania, Inglaterra y otros países, plantea a la iglesia católica la necesidad de recuperar su prestigio. Alfonso Ortiz nos recuerda que esto se hace con mucha ceremonia, pompa y celebración. A la fastuosidad del ritual católico, se añade la teatralización de los pasajes bíblicos, que ya tenía antecedentes en Europa medieval, y ambos factores se traen a América.

La fórmula se había materializado eficazmente en las procesiones de Semana Santa en tierra de moros: Andalucía y Sevilla; y calan muy bien en el espíritu americano y particularmente en regiones con alta población indígena como Quito, pues a esa población le atrae mucho el colorido, las luces, el oro, los movimientos, la teatralidad… Ortiz precisa que en Quito las procesiones se hacen prácticamente desde el inicio de la vida de la ciudad, con el interés de “incorporar a la población activamente en las devociones”, pues siempre estaba el peligro latente de que en una sociedad básicamente analfabeta, tanto mestizos como indígenas desarrollen “prácticas religiosas heterodoxas donde se mezclen cosas y puedan deslizarse luego al paganismo”…  Las procesiones y liturgias de la Semana Santa abren la posibilidad de que la gente que ordinariamente pasaba desapercibida en sociedad, se manifestara públicamente.

Los indios desfilan en las procesiones, así como los mestizos, los gremios de artesanos, zapateros, pintores, plateros… Todos los grupos se muestran y si bien siempre guardan la jerarquía, cada núcleo social exhibe su poder y su posición dentro de la sociedad. Sobre el sentido de la Semana Santa, la historiadora del arte Carmen Fernández explica en la revista Patrimonio de Quito de junio de 2005 que “el espectáculo que se mostraba (esta suerte de teatro religioso), tanto ante los neófitos como ante los cristianos conversos generaba sentimientos de empatía que se esperaba llevaran tanto a la conversión de los unos, como al fortalecimiento de la fe de los otros. Incluir a indígenas como actores, combinando muchas veces prácticas prehispánicas como la danza y el canto con la narrativa cristiana, permitía integración de grupos subordinados a la comunidad cristiana.” Fernández asegura que “El teatro religioso formó parte de la cotidianidad y del ritual público en las ciudades coloniales.” Mucho se ha dicho sobre la función y los efectos del ritual en la sociedad y la historiadora Fernández rescata uno de estos aspectos: “El ritual tiene la capacidad de alterar cosas y lugares ordinarios confiriéndoles un carácter sagrado.” Para aumentar el dramatismo y realismo del momento, la puesta en escena de la pasión del Señor Jesucristo utilizaba figuras escultóricas articuladas -particularmente de Jesús- que lo mostraban primero en la cruz y luego como Cristo yacente (la ceremonia del descendimiento aún toma lugar en varios templos de Quito y se vale de estas esculturas que se ‘mueven’).

FUENTE: SEMANA SANTA QUITEÑA

MINISTERIO DE TURISMO DE ECUADOR / QUITO TURISMO

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