¿Qué es el Parque Nacional Iberá?

El Parque Nacional Iberá es la visión de CLT dirigida a crear un área que conserve a perpetuidad los ecosistemas naturales del Iberá en su máxima diversidad e integridad ecológicas y que a su vez sirva como una gran área de desarrollo regional a través del ecoturismo.

Actualmente, de las 1,300,000 hectáreas que componen la cuenca y Reserva Natural Iberá, el 40% (553,000 ha) está compuesto por tierras fiscales declaradas como «Parque Provincial» o área de conservación estricta, las cuales protegen casi exclusivamente áreas inundadas. Para poder asegurar la integridad ecológica de la cuenca de Iberá y la máxima calidad del destino ecoturístico es crucial que el Parque incluya también muestras representativas de los ecosistemas de tierras altas que se encuentran en ella. Igualmente, si queremos que el Iberá vuelva a contar con todas las especies de grandes mamíferos que se extinguieron en la región, necesitamos que los ecosistemas que éstos habitan se encuentren adecuadamente protegidos.

Para lograr esto, CLT ha adquirido 150,000 hectáreas de antiguas estancias ganaderas que colindan con las tierras fiscales y que incluyen hábitats que no están presentes dentro del actual Parque Iberá —como es el caso del espinal, el malezal o ciertas áreas boscosas— con el fin de lograr que éstas sean incluidas dentro del área de conservación estricta, creándose así un área de 700,000 hectáreas que constituiría lo que llamamos el Parque Nacional Iberá. Éste podría constituirse en el mayor Parque Nacional de la Argentina, de transferirse algún día a la Nación, y uno de los más importantes humedales y pastizales de América del Sur.

Dentro de su territorio este gran parque albergaría la mayor población del mundo del amenazado yetapá de collar, y la segunda mayor del ciervo de los pantanos, sirviendo además como refugio fundamental para especies amenazadas como el aguará guazú, el venado de las pampas, las aves de pastizal casi extintas en Argentina por la actividad agrícola, los yacarés y el lobito de río, entre otras. Además, por su tamaño y calidad de hábitat, esta área de conservación representa una oportunidad única para intentar la reintroducción de especies localmente extintas como el oso hormiguero, el tapir, el pecarí de collar, el venado de las pampas, el ocelote, el lobo gargantilla y el yaguareté.

Aguará guazú, una especie amenazada que encuentra refugio en el Iberá

Un parque nacional o provincial de estas características, con todas sus especies claves bien preservadas, es asimismo una fuente de riquezas para las comunidades locales emplazadas en su periferia. Diez municipios pueden ser los beneficiarios directos de un desarrollo eco-turístico de nivel internacional. En este sentido la reactivación económica de Colonia Carlos Pellegrini es el ejemplo más claro de cómo un recurso natural bien administrado puede mejorar la calidad de vida de toda una población. El Parque Nacional Iberá quedaría a su vez rodeado por más de 600,00 hectáreas de tierras privadas incluidas en la actual Reserva Natural Iberá, las cuales podrían dedicarse a diferentes tipos de producción sustentable, además de beneficiarse con el atractivo turístico del área central de conservación estricta.

Mapa del futuro Parque Nacional Iberá

FUENTE: Proyecto Iberà

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